"La liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza".


La Constitución Sacrosanctum Concilium sobre la Sagrada Liturgia nos dice: La Liturgia, por cuyo medio "se ejerce la obra de nuestra Redención", sobre todo en el divino sacrificio de la Eucaristía, contribuye en sumo grado a que los fieles expresen en su vida, y manifiesten a los demás, el misterio de Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia. 

 

… la Liturgia robustece también admirablemente sus fuerzas para predicar a Cristo y presenta así la Iglesia, a los que están fuera, como signo levantado en medio de las naciones, para que, bajo de él, se congreguen en la unidad los hijos de Dios que están dispersos, hasta que haya un solo rebaño y un solo pastor.

 

… Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica. Está presente en el sacrificio de la Misa, sea en la persona del ministro, "ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en la cruz", sea sobre todo bajo las especies eucarísticas. Está presente con su fuerza en los Sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza. Está presente en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es El quien habla. Está presente, por último, cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometió: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos" (Mt., 18,20). Realmente, en esta obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a su amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por El tributa culto al Padre Eterno.

 

Con razón, pues, se considera la Liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificación del hombre, y así el Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia.  

 

… la Liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza. Pues los trabajos apostólicos se ordenan a que, una vez hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo, todos se reúnan para alabar a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del Señor. 

 

De esta manera y dado que un componente fundamental del carisma de nuestra familia religiosa es rescatar y cuidar la liturgia, el espíritu de recogimiento y el silencio, procuramos vivir en su pureza y belleza plenas la sagrada liturgia.

Propósito:

 

Promover entre los fieles el amor a la Sagrada Liturgia, cumbre y fuente de la vida eclesial, para lograr una participación consciente, activa y fructuosa en la acción sagrada, mediante la formación litúrgica del pueblo santo de Dios.

Actividades generales:

  • Dar a conocer a los fieles la celebración del misterio cristiano para vivir todo acto litúrgico con amor, especialmente la Santa Misa, y aprender a custodiar y respetar lo sagrado.
  • Formar a los  fieles que sirven en todo acto litúrgico,  en la Doctrina y Catecismo de la Iglesia. 
  • Promover en los fieles la piedad y el amor hacia la Santísima Eucaristía.
  • Impulsar la  participación en los cantos litúrgicos  y la apreciación  de la música sacra.  
  • Organizar las Solemnidades, Fiestas Litúrgicas y eventos propios de FRICyDIM.   

Responsable del apostolado de Liturgia:

 

Sandra Coutiño, (Tercera Orden)

Laica comprometida de la Tercera Orden del Inmaculado

Corazón y la Divina Misericordia 

Asesores del Apostolado de Liturgia:

 

Hno. Juan María

 Apóstol del Inmaculado Corazón y la

Divina Misericordia

 

 


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