Rasgos de espiritualidad Montfortiana

81] Nos une a San Luis María Grignion de Montfort no sólo el "Tratado de la Verdadera Devoción" que, a nuestro juicio, es lo mejor que se ha escrito sobre la Santísima Virgen como Tratado en orden a la preparación y consagración a la Santísima Virgen, sino también la "Carta a los Amigos de la Cruz" en la que el Santo deja salir de sí todo su amor a Cristo Crucificado y su deseo de morir por Él, abrazado siempre a la Cruz.

 

Nos instruye acerca del verdadero amor que supone siempre la presencia amorosa de la Santa Cruz de nuestro Señor. Pero también, y de modo particular, porque nos habla de los Apóstoles (y Discípulos y Discípulas) de los últimos tiempos.

 

Apóstoles y Discípulos/as de fuego enteramente enamorados de la Madre de Dios y a su entero servicio.


El santo plasma esta idea en una larga oración en la que muestra el espíritu que tiene que animar a todo Apóstol y Discípulo/as de los últimos tiempos: la Oración Abrazada.

 

[82] María Santísima en Fátima dijo: “Al final mi Inmaculado Corazón triunfará”. Ella necesita de sus Apóstoles, para que abrasados por el divino amor, enciendan el mundo entero.

 

[83] Imposible pensar en los últimos tiempos y en el triunfo de Cristo sin pensar en el Inmaculado Corazón de María que “al final triunfará” del duro combate. Es la “Puerta abierta” dejada por Dios que nadie, nunca, podrá cerrar, como dice el libro del Apocalipsis: “... mira que he puesto ante ti una puerta abierta que nadie puede cerrar” (3, 8). Se podrán cerrar las puertas de Cristo, de la Iglesia, de los Sacramentos, pero a Ella, “Porta Caeli”, nadie la podrá cerrar.

 

[84] Apóstoles de los últimos tiempos; de los tiempos más difíciles de la historia. Serán asociados a la Santísima Virgen, al Inmaculado Corazón, para la batalla final.