Oraciones iniciales
Rezar el acto de contrición, después la siguiente oración:
Todopoderoso y Eterno Dios, que con inefable providencia destinaste en el pueblo hebreo por celador de tu honra divina al Santo Profeta Elías, y lo tienes reservado en carne pasible, para que en los últimos siglos acompañado del Santo Enoch, defienda tu honor en el cristiano pueblo contra la infernal bestia del Anti-cristo y sus secuaces malditos. Suplicámoste, Señor, que por sus méritos e intercesión nos concedas un ardentísimo celo de tu mayor honra y gloria; la exaltación de nuestra Santa Fe católica, la conversión de los infieles y paganos, la reducción de los herejes al rebaño de la Iglesia Romana, la contrición y penitencia de los pecadores, para que tu Divina Majestad sea de todos adorado, amado y servido, y que todas nuestras obras, pensamientos y palabras llenas del fuego de tu divino amor, no aspiren a otro fin que a honrarte, reverenciarte y glorificarte, a imitación del encendido amor y celo de tu amado siervo San Elías, que en todo y por todo solicitó tu mayor honra y gloria. Y si lo que te pedimos va dirigido a ese fin, humildemente te suplicamos nos lo concedas por tu infinita misericordia; y si no es así, te sirvas dirigir y encaminar nuestras peticiones para que ni pidamos, ni deseemos otra cosa que tu mayor honra y gloria, para que seas alabado, amado y reverenciado, ahora y siempre en tiempo y en eternidad, por los siglos de los siglos. Amen.
Rezar la oración correspondiente del día (cada imagen contiene la oración del día)
Oraciones finales
Se pide aquí la gracia que se desea recibir.
Esclarecido Patriarca Elías, tu que eres la forma misma de la justicia, espejo de la santidad. ejemplo de la piedad, defensor de la Fé, Doctor del Israelítico pueblo, maestro de los ignorantes, refugio de los oprimidos, Abogado de los pobres, Juez de las viudas, vista de los ciegos, lengua de los mudos, vengador de las ofensas de Dios, temor de los malos, gloria de los buenos, vara castigadora de los Poderosos, martillo de los tiranos, Padre de los Reyes, Sal de la tierra, luz de todo el mundo, Profeta del Altísimo, Precursor de Jesucristo en su segunda venida, Cristo del Señor, Dios de Acab, terror de los falsos Profetas de Baal, y rayo destruidor de los herejes, por todas estas tus excelentísimas prerrogativas que él Señor puso en ti, te suplicamos rendidos interpongas con la Divina Majestad tu poderosa y eficaz intercesión para que mediante ella los justos consigan la perseverancia, los afligidos el consuelo, los desvalidos el amparo, los pobres el remedio, las viudas el alivio, los pecadores la penitencia, los ciegos vista, vida los muertos, enmienda los tiranos, los Reyes Católicos paz y concordia, los herejes arrepentimiento, los idólatras luz y conocimiento del verdadero Dios, y todos consigamos de su Divina Majestad los bienes que necesitamos así de alma como de cuerpo, y así de gracia como de gloria, para que todo lo que hemos pedido en tu Novena redunde en honra de Dios y provecho nuestro. Amen.
Gozos
Esclarecido Patriarca,
Fuente viva de piedad,
Alcánzanos con tus ruegos.
La perfecta santidad.
Sol brillante de Israel,
A quien la gracia previno
para el más alto destino
Previsto antes de nacer,
Por ti hemos de merecer
Gozar de felicidad.
De tu fé los resplandores
Dieron luz a los errantes,
Que estando de Dios distantes
Daban a Baal loores,
La Iglesia con tus favores
Aumentó su claridad.
Con una firme esperanza
Saliste desde Galaad
Para reprenderá Acab,
Por su idolatría tanta,
Todo su reino se espanta
Al ver la gran sequedad.
Todo encendido en amor
Tus palabras eran fuego,
Que daban la vista al ciego,
Y pureza al pecador,
Todos como protector
Te piden con humildad.
Si en Horeb te ocultó el celo
De Dios que hollaba el Tirano,
Tu levantaste la mano
Y bajó fuego del Cielo,
Allí alcanzaste consuelo
Vengando la Majestad.
Masphá y Galaad son testigos
De tu austera penitencia,
La humildad y la obediencia
Allí trajo a tus amigos,
Y profesaron activos
La más pura castidad.
En prueba de tu pureza
Ángeles te acompañaban
Y el sustento te llevaban
Huyendo de la fiereza
De Jezabel, en la empresa
Contra tu benignidad.
Con oración fervorosa
Conseguiste en el Carmelo,
Ver la nube del consuelo,
Y abundancia prodigiosa,
Que hizo la suerte dichosa
De Adán y posteridad.
Y pues tu predicación,
Fué y por último será,
Un rayo de Cristiandad
Que partirá el corazón,
Échanos tu bendición y
Patriarca con igualdad.
Esclarecido Patriarca
Fuente viva de piedad,
Alcánzanos con tus ruegos
La perfecta santidad.