MARANHATÁ! ¡VEN SEÑOR JESÚS!

Toda la Iglesia, dese los inicios en Pentecostés, está implorando y desea fervientemente la venida de Cristo. Esa venida completará toda la obra de la redención; toda la historia de la salvación. La venida de Cristo debería ser para todo cristiano un anhelo, un gozo, un sueño, un deleite, una constante espera. La Iglesia lo pide diaria e incesantemente en el acto más perfecto y santo que Cristo nos ha dejado: la Santa Misa. En el mismo sacrificio de Cristo, en el momento más importante de ese sacrificio, cuando acaba la consagración, el sacerdote dice: "este es el misterio de la fe" y todos respondemos: "anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡ven Señor Jesús!". Y en la oración por excelencia, Cristo nos enseñó a pedir su venida: "venga a nosotros tu Reino".

 

México, Juan Pablo II, Fátima Guadalupe, segunda venida

 

El Beato Juan Pablo II tenía una clara visión profética de los acontecimientos. Él juzgaba que el futuro de la Iglesia estaba en Latinoamérica, especialmente en México. Tenía puesta la esperanza de un resurgir del cristianismo desde México, cuna de la Virgen de Guadalupe. La gran evangelizadora. La imagen de Guadalupe no se borra porque su misión continúa. No es sólo para hablar de la primera venida en Carne, sino también de la segunda venida en gloria y poder. Por esta razón le dedicó tanto a esta nación. Por eso vino con frecuencia y se gozaba de estar en la tierra de la Virgen María. Tierra ya preparada con el elemento vital: la sangre de los mártires. Esto es semilla para nuevos cristianos. Es semilla para un nuevo resurgimiento. Nada se pierde. Aún no hemos visto el fruto de la sangre de tantos mártires mexicanos. Estamos convencidos de que en un momento comenzará a dar frutos cuantiosos. Todo está guardado para el momento oportuno, como también María guardaba y meditaba todo en su Corazón para un momento oportuno de la historia: la preparación a la segunda venida.

 

Es hora de mirar el Corazón de la Virgen de Guadalupe, sólo así entenderemos su providencial intervención en la historia, no sólo de México sino de todo Latinoamérica y el mundo. Creemos que desde México saldrá una restauración. Desde la cabeza de Latinoamérica (México) hasta los pies (Argentina) y de allí al mundo entero.

 

Esta visión que tenía el Papa, es también una visión de muchos más y también la nuestra. Por eso nos ponemos al servicio del triunfo del Inmaculado Corazón de María y nos extendemos con la Tercera Orden a todas las personas que se sientan llamadas a trabajar al servicio de la Madre de Dios.

 

Es el momento de vivir la vida religiosa y laical con el espíritu que San Luis María Grignión de Montfort profetizó para los últimos tiempos en su oración abrasada.

 

Nadie sabe el día ni la hora, pero sí podemos saber que nos encontramos en los últimos tiempos, porque esperamos ya la segunda venida. Etapa final de la historia. Jesús mismo nos enseña a discernir los tiempos finales "De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todo esto, sabed que El está cerca, a las puertas" (Mt. 24, 32-33); "Fijaos en lo que sucede con la higuera. Cuando sus ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, conocéis que se acerca el verano. Pues lo mismo vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que El está cerca, a las puertas" (Mc. 13, 28-29); "Les añadió una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca" (Lc. 21, 29-31); Cuando ven levantarse una nube por el poniente, al instante dicen: 'va a llover'. Y así es. Cuando sentís soplar el viento sur, dicen: 'va a hacer calor'. Y así sucede. Hipócritas; saben juzgar del aspecto de la tierra y del cielo; ¿pues cómo no juzgáis del tiempo presente? (Lc. 12, 54-56).

 

                                                                                Pbro. Carlos H. Spahn